Las endodoncias son a menudo malinterpretadas, y el miedo que las rodea normalmente proviene de ideas anticuadas sobre cómo se siente el procedimiento. Las técnicas dentales actuales se centran en gran medida en la comodidad del paciente, lo que permite que el tratamiento se realice sin problemas y con las mínimas molestias. Cuando la realiza un dentista experimentado con herramientas modernas, una endodoncia no suele ser más incómoda que un empaste normal.
Entender lo que implica el procedimiento, por qué es necesario, y lo que puede esperar antes y después del tratamiento puede hacer la experiencia mucho más fácil. En este blog se explica qué ocurre durante una endodoncia, cómo tratan los dentistas las molestias y por qué conservar el diente natural es beneficioso para la salud bucodental a largo plazo.
Una endodoncia se realiza para eliminar la pulpa dental infectada o inflamada del interior de un diente. El malestar que la gente siente antes del tratamiento no proviene del procedimiento en sí. En cambio, proviene de la infección dentro del diente.
Cuando las bacterias llegan a la cámara pulpar, aumenta la presión y la inflamación. Esto puede provocar:
Estas molestias son un signo de que la pulpa está comprometida. Debido a que la infección puede extenderse más allá de la raíz y en el hueso circundante, el tratamiento oportuno es importante tanto para la comodidad y la salud oral a largo plazo. Una endodoncia alivia este dolor eliminando el origen de la infección.
La mayoría de los pacientes se sorprenden de lo cómoda que resulta una endodoncia moderna. Los dentistas utilizan anestesia local para adormecer la zona, evitando el dolor durante todo el procedimiento. La presión o un ligero movimiento puede ser perceptible durante el tratamiento, pero no debe sentir molestias agudas.
Muchos pacientes informan de que el procedimiento es más fácil de lo esperado porque:
La ansiedad ante lo desconocido puede hacer que una endodoncia resulte intimidante, pero la experiencia real suele ser mucho más cómoda de lo que la gente espera.
El objetivo principal de una endodoncia es salvar un diente natural que, de lo contrario, habría que extraer. Conservar el diente natural tiene varias ventajas, entre ellas:
Un diente natural permite morder, masticar y hablar correctamente. Conservarlo le permite seguir utilizándolo cómodamente una vez finalizado el tratamiento.
La pérdida de un diente puede hacer que los dientes cercanos se desplacen, provocando un desgaste irregular y cambios en la alineación de la mordida.
Una raíz natural estimula el hueso maxilar, ayudando a mantener la densidad ósea. Cuando se extrae un diente, puede producirse una pérdida ósea con el tiempo.
Sustituir un diente por un implante o un puente requiere más citas, procedimientos adicionales y mayores costes a largo plazo.
El tratamiento de conductos suele costar menos que las opciones de sustitución de dientes y ayuda a evitar la necesidad de un tratamiento más extenso más adelante.
Salvar un diente natural sigue siendo uno de los pasos más beneficiosos para la estabilidad dental a largo plazo y la función oral en general.
Saber qué esperar puede reducir el miedo y ayudarle a sentirse más seguro sobre el procedimiento. Una endodoncia moderna implica varios pasos bien planificados para garantizar la seguridad y la comodidad.
Los dentistas comienzan examinando el diente y tomando radiografías digitales. Estas imágenes revelan la forma del sistema de conductos radiculares, la extensión de la infección, la afectación ósea y cualquier absceso. Las imágenes digitales también mejoran la visibilidad al tiempo que mantienen baja la exposición a la radiación.
Una vez que el plan de tratamiento está claro, el dentista administra anestesia local. Esto asegura que el diente y los tejidos circundantes están completamente adormecidos, permitiendo que el procedimiento se lleve a cabo cómodamente.
Se coloca una pequeña barrera de goma alrededor del diente para mantenerlo limpio y seco. Esta barrera también mejora la precisión al bloquear la saliva y proporcionar una zona de trabajo despejada.
Se realiza una pequeña abertura en la parte superior del diente. Herramientas especializadas extraen la pulpa infectada y el tejido del interior de los conductos. Este paso alivia la presión interna y elimina la fuente de dolor.
Una vez despejados los conductos, el dentista limpia y desinfecta a fondo el interior del diente. Se utilizan soluciones antimicrobianas para eliminar las bacterias y prevenir la reinfección.
Después de dar forma y limpiar los conductos, se rellenan con un material biocompatible llamado gutapercha. Este material sella el espacio, impidiendo que las bacterias vuelvan a entrar en los conductos.
Un diente que ha sufrido una endodoncia es más vulnerable a las fracturas. Se coloca una corona dental para fortalecer el diente y restaurar su aspecto, función y estructura.
Cada paso está diseñado para proteger el diente natural y evitar problemas futuros.
Un poco de malestar leve es normal después de la anestesia desaparece. Esto es causado típicamente por la inflamación temporal alrededor del área tratada. La mayoría de los pacientes experimentan:
Estas sensaciones suelen mejorar al cabo de unos días. Los analgésicos de venta sin receta suelen ser suficientes para controlar los síntomas mientras se cura la zona.
Una endodoncia debería reducir significativamente el intenso dolor causado por la infección, y las molestias posteriores al procedimiento deberían ser manejables y de corta duración.
La elección de los alimentos desempeña un papel importante en la recuperación. Hasta que se coloque una corona o una restauración definitiva, el diente debe tratarse con suavidad. Para obtener los mejores resultados:
Masticar en el lado opuesto de la boca durante los primeros días de curación también puede evitar una presión innecesaria sobre el diente tratado.
Unos buenos cuidados posteriores son esenciales para una recuperación sin problemas y un éxito a largo plazo.
Su dentista puede recomendarle ibuprofeno o paracetamol para reducir las molestias. Seguir las instrucciones de dosificación ayuda a controlar la inflamación.
Las compresas frías durante los dos primeros días pueden minimizar la inflamación. Después, las compresas calientes suelen ayudar a relajar los músculos de la mandíbula.
Puede cepillarse los dientes y usar hilo dental suavemente alrededor de la zona después del primer día. Mantener la boca limpia favorece la cicatrización y evita problemas posteriores.
Los enjuagues de agua salada templada pueden aliviar la zona y ayudar a mantener limpios los tejidos.
Póngase en contacto con el consultorio dental si experimenta:
Estas preocupaciones pueden indicar la necesidad de una evaluación adicional.
Los avances en la tecnología dental han transformado el tratamiento de conductos. Las imágenes digitales, los instrumentos rotatorios, los anestésicos mejorados y los materiales de sellado precisos contribuyen a una experiencia más controlada y cómoda. Los dentistas también hacen hincapié en la comunicación, ayudando a los pacientes a entender cada parte del proceso para que se sientan apoyados durante todo el tratamiento.
Los métodos actuales se centran no sólo en eliminar la infección, sino también en garantizar la seguridad, la comodidad y una experiencia general positiva.
El tratamiento de conductos está diseñado para aliviar el dolor, no para causarlo. Con las técnicas modernas, una anestesia eficaz y una planificación cuidadosa, el procedimiento es similar a un empaste dental rutinario. La mayoría de las molestias provienen de la propia infección, y el tratamiento elimina la fuente de ese dolor. Conservar el diente natural favorece la salud bucodental a largo plazo, mantiene la comodidad al masticar y evita la necesidad de procedimientos más complejos en el futuro.
Comprender cada paso del procedimiento y saber qué esperar durante la recuperación puede hacer que la experiencia sea mucho menos intimidante. Con los cuidados posteriores adecuados, su diente restaurado puede seguir siendo fuerte y funcional durante muchos años.
Si experimenta dolor o sensibilidad dental persistentes, hablar de sus síntomas con un profesional dental puede ayudarle a determinar si es necesario realizar una endodoncia. Acudir a tiempo a menudo previene complicaciones y favorece una experiencia de tratamiento más cómoda y sin complicaciones.
La anestesia local adormece la zona de tratamiento, evitando el dolor durante el procedimiento. La mayoría de los pacientes lo describen como cómodo y manejable.
El procedimiento suele durar entre una y dos horas, dependiendo del diente y del número de conductos que se traten.
La mayoría de los dientes requieren una corona después para protegerlos de fracturas y restaurar la función completa.
Las molestias leves pueden durar unos días. La mayoría de los pacientes vuelven a sus actividades normales al cabo de un día.
La infección puede extenderse, puede formarse un absceso y puede ser necesario extraer el diente.
La reinfección es poco frecuente pero posible. El cuidado dental regular y una restauración colocada correctamente reducen este riesgo.

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